La regulación de criptomonedas en 2025–26 se ha transformado de medidas puntuales a una política de Estado consolidada. Los gobiernos ya no solo reaccionan, sino que diseñan marcos para integrar e impulsar activos digitales.
Giro Estructural: de reacción a política de Estado
El informe Global Crypto Policy Review & Outlook 2025/26 de TRM Labs revela que más del 70% de la exposición mundial a criptoactivos se concentra en 30 jurisdicciones. Este dato subraya el cambio de paradigma regulatorio y la necesidad de un enfoque coordinado.
El foco de la discusión ya no es si prohibir o tolerar, sino cómo aprovechar estos instrumentos en sectores clave:
- Stablecoins: emisión, reservas y gobernanza reforzadas.
- Tokenización de valores, materias primas y activos reales.
- Servicios de proveedores de activos virtuales (exchanges, custodios, brokers).
- Finanzas descentralizadas (DeFi) y mezcladores, aún en fase inicial.
Este giro hacia la integración económica demuestra que los reguladores buscan maximizar beneficios sin renunciar al control antilavado y la estabilidad financiera.
Panorama en Estados Unidos
La aprobación del GENIUS Act en 2025 marca un hito: es la primera ley federal que regula stablecoins con estrictos requisitos. Exige:
- Reservas en activos líquidos de alta calidad.
- Auditorías periódicas e independientes.
- Límites operativos sobre concentración y tipos de emisores.
La SEC impulsa “Project Crypto” para modernizar normas de oferta y venta de criptoactivos, mientras la colaboración SEC–CFTC aclara que las plataformas registradas pueden listar trading al contado.
A pesar de estos avances, persiste una incertidumbre jurídica significativa al no definir claramente si muchos activos son valores (SEC) o commodities (CFTC). La ausencia de un marco federal unificado obliga además a coexistir con regulaciones estatales como la BitLicense.
La Unión Europea frente a MiCA y DORA
MiCA es el intento más ambicioso de armonizar el mercado cripto a nivel global. Sus objetivos incluyen:
regular la emisión, oferta y negociación de criptoactivos; proteger inversores; y establecer requisitos prudenciales para emisores de token referenciados a activos y proveedores de servicios.
En 2025, los supervisores nacionales comienzan a conceder licencias, con disparidades notables:
Alemania lidera aprobaciones y cierres de plataformas de alto riesgo; Francia refuerza pautas de AML y abuso de mercado; Países Bajos destaca en licencias y guías AML; Austria adopta un enfoque más estricto.
Simultáneamente, DORA impone estándares de ciberseguridad y continuidad de negocio a entidades financieras y cripto. La directiva DAC8 exige reportes fiscales antes de 2026, cubriendo residentes y no residentes, con plena entrada en vigor al final de 2025.
La Comisión Europea debate trasladar la supervisión al ESMA para evitar arbitrajes regulatorios y reforzar el control centralizado sobre grandes proveedores cripto.
Asia-Pacífico: innovación y control
La región APAC se consolida como laboratorio de modelos pro-innovación con fuerte énfasis en AML. Ejemplos destacados:
- Hong Kong: nuevo régimen de stablecoins con licencias exigentes y normas de custodia revisadas.
- Singapur: licencias ampliadas para evitar servicios no regulados a clientes extranjeros.
- Japón: trata ciertos criptoactivos como valores y planea recortes fiscales para fomentar el mercado.
- Corea del Sur: piloto de comercio institucional y regulación favorable a monedas estables.
Otros mercados como Australia fortalecen el AML y emiten licencias para emisores de stablecoins, mientras India mantiene un debate político intenso y aplica sanciones a actividades sin autorización.
Retos y Oportunidades Futuras
La regulación cripto avanza hacia marcos más proactivos y específicos, pero enfrenta desafíos clave:
- Equilibrar innovación y control antilavado.
- Reducir fragmentación y ambigüedades jurídicas.
- Fomentar la competencia entre jurisdicciones sin sacrificar la estabilidad financiera.
La tokenización y las stablecoins impulsarán nuevos modelos de negocio en pagos, banca y mercados de capitales. Para las empresas, entender estas normativas es vital para anticipar riesgos y aprovechar oportunidades.
En este entorno dinámico, los actores del ecosistema cripto deben colaborar con reguladores, adaptarse ágilmente y contribuir a soluciones que fortalezcan la confianza en el sector.
La regulación cripto ya no es un aspecto marginal: se ha convertido en una infraestructura clave para el futuro de las finanzas globales.